martes, 2 de junio de 2015

Apoyo a las personas cuidadoras de personas con dependencia


Apoyo a personas cuidadoras de personas con dependencia


Durante las últimas décadas ha incrementado notablemente el número de personas que pueden estar en situación de dependencia (temporal o permanente). Debido a los avances médicos y la mejora de la calidad de vida, vivimos más tiempo y podemos superar enfermedades antes incurables, ha aumentado la esperanza de vida (vivimos más años), luchamos contra enfermedades degenerativas, y sobrevivimos a más accidentes antes mortales.
Las estadísticas revelan que en más del 70% de los casos en que una persona pasa por una situación de dependencia la familia se hace cargo de todos los cuidados necesarios.



En algún momento de nuestras vidas alguno de nuestros seres más cercanos puede pasar a ser una persona con dependencia. Ante tal acontecimiento, esperado o inesperado, podemos tomar la decisión de pasar a ser sus cuidadores.

Lo más habitual ante el hecho en que un miembro de la familia pasa a ser dependiente de otros es que en un principio se impliquen todos los miembros en su cuidado, pero si la situación se alarga en el tiempo la organización familiar acaba depositando la mayor carga de responsabilidad en una sola persona, normalmente la más cercana a la persona dependiente (esposa/marido o hijo/hija) o la que en ese momento parece tener menos responsabilidades o un horario más libre.
En España la mayoría de personas cuidadoras son mujeres de 45 años en adelante.

Enfrentarse a la propia enfermedad o a la de alguien cercano es un suceso de gran impacto emocional.  El cuidador se dedica a la otra persona, aplazando sus propias necesidades y deseo sin límite de tiempo. Multitud de sentimientos, pensamientos y emociones son acallados por miedo o por vergüenza, porque no los sienten “apropiados”, pero el hecho es que no solamente son del todo comprensibles, sino que que silenciarlos puede empeorarlos. Nos referimos a sentimientos de miedo ante el futuro, rabia y frustración, tristeza…y también culpabilidad por sentir todo ello.


Cuidar al que cuida: Prevenir el Síndrome de sobrecarga del cuidador.

La persona cuidadora de una una persona/familiar con dependencia habitualmente se encuentra en una situación de alto estrés y ansiedad durante largos periodos de tiempo, normalmente años, puesto que no es, o no se siente, libre de tomar un tiempo de descanso o unas vacaciones que le ayuden a desconectar y cargar las pilas. Además, no sólo nos referimos a un cansancio físico, sino también mental, puesto que las preocupaciones y la implicación emocional están presentes a diario.

La persona cuidadora está expuesta a padecer alguna de estas situaciones:

  • Ánimo deprimido: tristeza, desesperanza,...
  • Abandono de su propia persona: no ir al médico para ella, no comprarse cosas, dejar de cuidar su imagen, abandonar aficiones...
  • Sentimientos de soledad: pocas relaciones sociales, pérdida de amistades, incomprensión de otras personas,...
  • Inapetencia: dejar de hacer cosas que antes le gustaban, no tener ganas de nada, pérdida de interés por la pareja o las amistades,...

Según datos del IMSERSO un 54% de las personas cuidadoras sufre ansiedad (nervios, angustia, tensión, estrés…), un 28% muestra síntomas depresivos (tristeza, desmotivación…), un 17% muestra excesiva preocupación a padecer enfermedades, y el 11% muestra problemas más graves.
A nivel físico el 69% padece: dolores de cabeza, dolores articulares, dolores gástricos, pérdida de apetito, pérdida excesiva de peso, sudoraciones, vértigo, palpitaciones, temblores y afecciones cutáneas.
En el área social, el 54% abandona la relación con otros familiares y amistades, el 33% descuida su propia persona (salud, vestimenta, alimentación).

Todo ello es posible prevenirlo y tratarlo. El apoyo profesional puede ayudar a reestructurar horarios y funciones para gestionar y aprovechar mejor el tiempo y no sentirnos tan agobiados, mejorar nuestra comunicación con la persona dependiente y con el resto del entorno, aprender a relajarnos, y recuperar las ganas y la motivación para hacer planes y volver a cuidarnos.

Sobretodo es importante: No es posible cuidar de otra persona si no nos cuidamos nosotros.


Consideraciones ante la decisión de cuidar:

  • Hay que estar informado de la enfermedad y resolver todas las dudas con el médico. Cómo evolucionará con el tiempo, qué cuidados son necesarios, qué recursos hay disponibles, etc.

  • Comunicarse es muy importante, con la persona con dependencia, con todos los miembros de la unidad familiar, con los profesionales, etc. Comunicarse de forma efectiva, estar seguro de que los demás nos entienden y cerciorarse de haber entendido lo que nos comunican evita muchos conflictos y facilita la organización.

  • Planificarnos para adaptarnos a las nuevas necesidades. Planificar si hay que realizar adaptaciones en el entorno para hacerlo más cómodo, y para ello necesitamos del mayor conocimiento posible sobre la enfermedad y sobre los recursos disponibles en nuestro entorno y que nos puedan facilitar el día a día: servicios públicos, asociaciones, ayudas económicas, etc.





lunes, 13 de abril de 2015

La terapia de pareja




Problemas de comunicación en la pareja y la terapia de pareja.




Muchas personas tienen la creencia de que los conflictos no son buenos, que indican que una relación no está funcionando. Pero lo que nos indica la experiencia es que no es la ausencia de conflictos lo que demuestra el bienestar de una pareja, sino cómo los afronta. El conflicto debe ser visto como una oportunidad de cambio y de mejora ante una situación que se ha desequilibrado. La pareja que es capaz de solventar los problemas de una forma constructiva sale todavía más reforzada que antes del conflicto.

Existen muchos factores que pueden influir en que una pareja ya no esté a gusto junta, pero lo que vemos es que la pareja deja de compartir buenos momentos, cada uno se fija más en los defectos del otro y la crítica es la forma habitual de comunicarse, llegando a crear una espiral de conflicto, reproches y resentimiento.

Ante un conflicto de pareja hay tres formas básicas de reacción para su resolución:

  • La negociación constructiva: comunicarse de forma efectiva, sin reproches ni resentimientos, aclarando todos los aspectos que nos preocupan y lograr llegar a un acuerdo a partir de una negociación igualitaria.

  • La evitación: esta forma de afrontar los conflictos es la retirada. Una forma de mantener la paz es ceder ante todo, sin tener en cuenta los sentimientos propios. esta forma de actuar no nos beneficia a largo plazo, esto que la persona que siempre cede llega a estar a disgusto con el tiempo.

  • La crítica improductiva: la comunicación no se centra en la resolución del conflicto, sino en los reproches y el porqué de haber llegado a tal situación. No existe un diálogo constructivo, sino que cada uno se centra en descargar su frustración y su malestar sin ninguna propuesta de cambio.

Ante una situación de conflicto de pareja, hombres y mujeres tienden a reaccionar de forma diferente. La mayoría de varones reaccionan con retraimiento emocional, cerrándose en banda, y sin ganas de hablar, mientras que la mayoría de las mujeres tienden a reaccionar con una mayor implicación emocional, deseando hablar en profundidad de lo que le preocupa. Estas formas de comportamiento tan diferentes puede obstaculizar la comunicación y llegar a un acuerdo, por ello es importante acordar un momento y espacio para hablar sin presiones y con calma. Es siempre mejor esperar a que los ánimos se calmen para poder hablar sosegadamente y con total sinceridad.

Se puede mejorar la comunicación de la pareja a partir del aprendizaje de estrategias de escucha activa, comunicación efectiva, aumento de las conductas positivas, eliminar los pensamientos y creencias negativas sobre el otro, técnicas de relajación, de negociación y de resolución de conflictos. 



Terapia de pareja

La convivencia con otras personas implica ser capaces de negociar y ceder, y por mucho tiempo que pase, algunas veces en vez de ser más fácil, se vuelve más complicada.
La terapia de pareja trata de mejorar la comunicación entre la pareja y volver a establecer metas y proyectos comunes cuando éstos parecen haber desaparecido.

La terapia cognitivo conductual consta de una primera fase de evaluación en la que se realizan entrevistas conjuntas e individuales para determinar cuáles son las posibilidades de intervención. 

En la segunda fase de intervención,  se acuerdan en común los objetivos, se dan las pautas y se aprenden las técnicas más adecuadas a cada caso. La intervención puede constar de un número aproximado de entre 8 y 10 sesiones en las que se pueden trabajar las habilidades de comunicación, negociación y resolución de conflictos.

Aunque el objetivo deseable es el restablecimiento del bienestar de la pareja, éste no siempre pasa por el hecho de continuar juntos. Tomar y llevar a cabo una decisión también puede ser una tarea complicada.
En parejas que han tomado la decisión de la separación el profesional puede dar apoyo para que sea un proceso planificado y organizado en el que los hijos se vean lo menos afectados posible.

Apoyo en la separación/divorcio

Cuando una pareja decide separarse es una decisión muy meditada y posiblemente sea la única solución a una situación en la que ambos no están cómodos y no son felices.
Puede ser también un proceso más o menos amistoso, según sean las circunstancias, pero lo que está claro es que no es agradable para ninguno de ellos ni para los de su entorno.

Para que este proceso tenga el mínimo de consecuencias en el entorno es bueno poder planificarlo y saber cómo comunicarlo a los demás, sobretodo a los hijos.



lunes, 16 de marzo de 2015

Baja autoestima, ¿por qué no me gusto?



Baja autoestima, ¿por qué no me gusto?



La imagen que tienes ti mism@ no es genética o heredada, es aprendida. Todo lo vivido a lo largo de nuestra vida se va acumulando en nuestro cerebro en forma de creencias que, equivocadas o no, nos ayudan a entender el mundo y a formarnos una imagen de cómo somos y cómo nos ven los demás.

Puedes pensar de ti que eres guap@, inteligente, responsable, buen@, o todo lo contrario, siendo todo ello el resultado de tu historia previa. Todo lo que has vivido ha dado lugar a tus creencias sobre ti mismo. 
Estas creencias pueden ser verdaderas o erróneas con la realidad, pero el hecho de darlas por ciertas ya influye en cómo nos comportamos. Si una persona se cree inútil, el propio miedo a equivocarse la llevará a cometer errores, y éstos a su vez confirmaran su creencia. "Ya decía yo que no podría hacerlo, soy inútil".

Es importante aprender a relativizar todas nuestras creencias, las tenemos tan asumidas que las damos por ciertas, pero si nos paramos a cuestionarlas podríamos sorprendernos a nosotros mismos de cuantas cosas damos por ciertas aún teniendo multitud de pruebas en contra.
Y  algo más, no significa que siempre estemos equivocados, pero puede que lo en un principio fuera cierto, con el paso del tiempo ya no lo sea.


La imagen corporal, no me gusta mi aspecto.

La percepción y evaluación de nuestra propia apariencia física o imagen corporal nos influye y está estrechamente relacionada con nuestra personalidad, autoestima, forma de comportarnos y nuestro bienestar. 

Es muy frecuente preocuparse de la propia imagen, y mucho más estar insatisfech@ con ella. A la mayoría de las personas les gustaría poder cambiar algo de su imagen,  otras están insatisfechas con toda su apariencia en general.

La queja más habitual es la de un desagrado por nuestro cuerpo en general (peso, figura), la segunda queja más formulada es la de un desagrado por la zona inferior del cuerpo (muslos, piernas, abdomen). De la parte superior, las quejas se suelen centrar en la nariz, los ojos, la piel y el pelo. Aunque en realidad cualquier parte del cuerpo es susceptible de ser motivo de queja.

En algunas personas esta preocupación llega a ser muy acusada y persistente, influyendo en lo que siente, piensa y hace cada día, pudiendo entorper enormemente su vida social. 
En las situaciones sociales es cuando esta preocupación entorpece más, puesto que podemos sentirnos observados y evaluados, sintiéndonos ansiosos, ridículos y avergonzados. "No he ido a la playa en años, no soporto que me puedan ver en bañador".

Como consecuencia de ello podemos evitar las situaciones sociales, evitar exponer ciertas partes del cuerpo o camuflarlas con ropas anchas u oscuras, evitar ponerse en traje de baño o mantener relaciones sexuales, evitar pesarse, realizar movimientos o tomar posturas para ocultar el defecto, compararse con otras personas, evitar mirarse en el espejo o por el contrario mirarse y acicalarse en exceso durante horas.

¿Por qué no me gusto?

En la mayoría de culturas la belleza ha sido vista como un don y la fealdad como una maldición. ¿Pero qué o quién decide lo que es o no es bello? Las convenciones sociales de cada cultura, lugar y época determinan lo que es bello y lo que no lo es, no existiendo un estándar universal para la belleza. Veamos por ejemplo cuáles son las características físicas deseables en Etiopía, China o India… Cuáles eran las características físicas deseables en Europa en el s. XIX…. E incluso, cuáles son los estándares actuales en nuestra cultura, en que de un lado la publicidad y la moda nos enseñan cuerpos extremadamente delgados, y por otro multitud de personas coinciden en que las curvas de Jennifer López o Kim Kardashian son altamente atractivas.
Todo ello nos debe llevar a la conclusión de que la belleza es un concepto totalmente subjetivo, las convenciones sociales nos lo marcan, y nuestra experiencia personal también (pueden atraernos más las personas altas o las bajas, las personas rubias o morenas…)

Debemos remarcar también que el aspecto físico no lo es todo a la hora de percibir a una persona como atractiva. El aspecto puede ayudar, pero otras características influirán, cómo su actitud, su personalidad,... es aquello que no puede medirse objetivamente, pero que podemos sentir. Actúa también al revés, personas que en un primer momento no nos parecen físicamente atractivas tienen una forma de actuar y de confiar en si mismas que nos hace verlas como atractivas.
En cualquier caso, el aspecto físico influye en nosotros, en cómo nos sentimos, en cómo actuamos con los demás, y en función de cómo nos ven los demás y cómo actuamos con ellos, éstos también actuarán con nosotros, es, en fin, una reacción en cadena.





Algunos principios para la reflexión:

El primer paso para gustarse y quererse es el de aceptarse. 
A todos nos gusta arreglarnos y parecer atractivos, pero no hay que limitarse a pensar que lo que valemos como personas depende solamente de nuestra imagen. Si lo que ves en el espejo no es lo que desearías ver, no podrás sentirte a gusto con tu cuerpo.
Lo más saludable es que decidas por ti cuál es tu idea de belleza, igual que puedes vestirte según lo que te guste y no según lo que diga la moda, para gustarte a ti mism@ no necesitas que otros te impongan su concepto de belleza.
El valor más importante no es ser guap@, sino el de gustarte a ti mism@. La belleza es una actitud, y si no te sientes guap@ no lo serás para los demás.
Para ello empieza destacando lo que sí te gusta realmente de ti aunque no coincida con la opinión general. Tu cuerpo y cómo lo vistas debe gustarte primero a ti, y para conseguirlo debes tener tu propio criterio y no dejar que otros lo impongan.


Walter Riso aconseja las siguientes pautas para mejorar el concepto que tienes de tu imagen corporal:
1. Define tus propios criterios sobre lo que es bello y estético.
2. Descarta la perfección física y los criterios estrictos, porque las personas perfectas en todo no existen.
3. Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti.
4. Ten en cuenta que tu autoimagen se transmite a los demás, la actitud que tengas ante ella influye en cómo te ven.
5. El aspecto físico es sólo uno de los componentes de tu autoimagen. Las personas además de ser guapas pueden tener otras características que las hacen ser atractivas: calidez, amabilidad, gracia, ternura, torpeza, inteligencia, y un largo etcétera.
6. No magnifiques lo que no te gusta de ti, hay cosas que no nos agradan de nosotros que otras personas ni han visto o no le dan ninguna importancia.

7. No te compares con nadie, cada persona es única y está formada por un todo: actitud, personalidad, físico, etc.



¿Puedo llegar a aceptarme?

Dificilmente encontraremos a una persona que no perciba en su cuerpo algo que no le guste: soy muy bajo@, tengo estrías, arrugas, etc. Pero si estas percepciones nos limitan en nuestra vida diaria, e incluso dejamos de hacer cosas por cómo nos vemos, deberíamos pensar en ello.
¿Te identificas con alguna de estas frases?

- "Sólo puedo comprarme prendas anchas y de colores oscuros"
- "No puedo llevar ropa de tirantes, aunque pase calor"
- "No puedo ir a gimnasio hasta que pierda peso"
- "No voy a la playa con mis hijos, no soporto pensar que me puedan ver en bañador"
- "No me peso desde hace años"

La terapia psicológica cognitivo conductual se ha mostrado eficaz, un programa de tratamiento con buenos resultados se puede desarrollar a lo largo de dos meses con una sesión semanal.
Se requiere de una primera evaluación de los pensamientos, sentimientos y conductas para poder acordar un plan de intervención individualizado que pueda trabajar el cambio de los pensamientos negativos y derrotistas hacia la apariencia, trabajar con las distorsiones, las quejas, afrontar estereotipos y prejuicios, y finalmente poder realizar todas aquellas cosas que no se ha atrevido a realizar antes por inseguridad, reduciendo la ansiedad que provocan.



Una buena autoestima es importante:
  • Aumenta las emociones positivas, siendo menos vulnerable a la tristeza y la depresión.
  • Se consiguen mejores resultados en las tareas que se realizan, porque te sientes más capaz y más competente, serás también más perseverante en tus objetivos.
  • Mejora la forma de relacionarse con otras personas, sin estar pendiente de la aprobación de otros o temer al ridículo.
  • Querer a los demás sin temor a perderlos.
  • Sentirse más autónomo y libre de tomar tus propias decisiones.


jueves, 5 de marzo de 2015

Mantener la mente activa: estimulación cognitiva


La estimulación cognitiva: mantener la memoria, la atención, el lenguaje…


A finales del s.XX nuestra sociedad ve cómo se incrementa de forma exponencial el número de personas mayores debido al aumento de la esperanza de vida, a la mejora de las condiciones de salud, a los avances en medicina, etc. Hemos visto también cómo la aparición de nuevas enfermedades vinculadas a la edad como las demencias o las alteraciones cognitivas han ido incrementándose a la par que vivimos más años. No sólo es importante vivir más tiempo, sino hacerlo con la mayor autonomía posible, y disfrutar de una buena calidad de vida.


La estimulación cognitiva es un entrenamiento con finalidad preventiva y rehabilitadora de las capacidades mentales que pueden verse alteradas debido al envejecimiento normal o a alguna enfermedad, accidente o demencia.





La estimulación cognitiva está especialmente indicada para personas que puedan sufrir algún deterioro de las funciones mentales (atención, concentración, memoria, lenguaje), está dirigida a la prevención de la pérdida de estas funciones y a conseguir su mantenimiento durante el mayor tiempo posible. 
Aunque pueden darse casos de personas más jóvenes, lo más habitual es que estos problemas afecten a las personas mayores de 60 años, bien por el proceso normal de envejecimiento, bien por la afectación de alguna demencia o Alzheimer.

La estimulación cognitiva se realiza a través de una serie de ejercicios que potencian el uso de la memoria, el lenguaje y la atención de la persona, elementos básicos para que  permanezca orientada en el espacio/tiempo, no pierda vocabulario, y sea capaz de recordar desde lo más pasado a lo más reciente.

Lo ideal es que puedan realizarse ejercicios durante al menos media hora al día, intentando no sobrecargar o saturar. Además, deben ser variados para evitar el agotamiento y para trabajar todas las áreas. Adaptarlos a las características y a los gustos del paciente es también importante, para que sean motivantes, y no una carga.

En los casos de demencia o de Alzheimer suele ser recomendable que el paciente trabaje desde su entorno habitual para evitar la desorientación que les provoca estar en espacios nuevos.

Para llevar a cabo la estimulación cognitiva el profesional puede realizar él mismo las sesiones con el paciente; o bien puede enseñar y dar apoyo a una persona/familiar para que sean ellos los que hagan los ejercicios con el paciente, convirtiendo a esa persona en co-terapeuta, el profesional realiza una labor de apoyo y supervisión.
Es posible además, hacer partícipes en algunos ejercicios a los niños de la casa, creando un espacio de juego y relación entre generaciones.

Los objetivos de la estimulación cognitiva:


  • Mejorar la calidad de vida.
  • Potenciar la autonomía, y con ello, la autoestima.
  • Mantener las capacidades mentales y el estilo de vida el máximo tiempo posible.
  • Reforzar las habilidades y capacidades actuales.
  • Facilitar la interacción con el entorno físico.
  • Facilitar las relaciones con las demás personas/familiares/cuidadores.
  • Disminuir la ansiedad y la confusión.
  • Evitar la desconexión con su entorno.
  • Evitar reacciones psicológicas anómalas (agresividad, deambulación, insomnio…)

viernes, 20 de febrero de 2015

Dejar de fumar es posible



A lo mejor te has planteado dejar de fumar, ahora o en el pasado, quizá también has dado el paso y lo has intentado en una o varias ocasiones, pero después de días, semanas o meses, no lo lograste. Eso no significa que no puedas volver a intentarlo, no significa que no estuvieras suficientemente motivado o que no tuvieras fuerza de voluntad. Hay muchos aspectos que influyen en este hábito, algunos son más conscientes y otros no tanto, y por ello nos puede ser complicado controlarlos por nosotros mismos. Con ayuda  profesional puedes adquirir los conocimientos y las técnicas para que dejar de fumar sea una meta alcanzable, de forma progresiva y sin sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia a la nicotina (irritabilidad, ansiedad, ira, apetito…).


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Dejar de fumar es posible.

Es habitual que las personas fumadoras en algún momento, o varios, intenten dejar de hacerlo. Algunas lo consiguen por si mismas, a otras les resulta más complicado, y tras varios días o semanas intentándolo, vuelvan a caer. Pensamos en que quizá no tienen fuerza de voluntad o la motivación suficiente, pero no tiene porqué ser así. Dejar un hábito es mucho más que la motivación, aunque ésta juegue un papel realmente importante, otros factores pueden echar por tierra nuestros avances. Cambiar una conducta que ya nos es tan rutinaria no tiene porque ser complicado si lo hacemos con la estrategia apropiada y controlando todos los factores que pueden influirnos negativamente.

Desde la perspectiva cognitivo contuctual de la psicología se desarrolló un programa para dejar de fumar en 5 semanas, a partir de una sesión semanal de una hora. Durante las sesiones se prepara un plan personalizado y se adquieren estrategias para la deshabituación progresiva. De esta forma se va reduciendo el consumo progresivamente de tal forma que a la quinta semana ya sea nulo. Es también aconsejable  la realización de dos sesiones más para afianzar los progresos y evitar posibles recaídas.

Con este programa se adquiere el control sobre la conducta de fumar a la vez que va se aprenden normas y estrategias para el día a día, que harán más llevadero el proceso. Sea cual sea el nivel de consumo y los años que se lleve fumando, este programa ha tenido altas tasas de éxito.

Al realizar el abandono progresivo de la nicotina, no se sufre del síndrome de abstinencia a la nicotina. Cuando una persona fumadora abandona el tabaco repentinamente puede sufrir de algunos de los siguientes síntomas (síndrome de abstinencia a la nicotina): irritabilidad, frustración, ira, ansiedad, dificultad para concentrarse, intranquilidad, incremento del apetito y aumento de peso. Es por ello que frecuentemente se vuelve a recaer, para mitigar esos síntomas se vuelve a fumar. Evitando su aparición estamos controlando los efectos físicos que nos llevan a caer de nuevo.



Algunas razones para dejar de fumar:

Afortunadamente la sociedad va siendo más consciente de los perjuicios del tabaco y cada vez son menos las personas que se inician en este hábito, y más las que consiguen abandonarlo.
Entre los motivos más frecuentes que aluden las personas que desean abandonar el hábito están:
  • Mejorar la salud y prevenir enfermedades. Actualmente es ya bien conocido que el tabaco influye negativamente en nuestra salud. La eliminación o reducción de su consumo muestra datos positivos para aquellas personas con cáncer o riesgo cardiovascular. Entre los problemas leves de salud, los catarros, carrasperas y molestias de garganta son más frecuentes en las personas fumadoras. El cáncer de pulmón, la bronquitis crónica, y las enfermedades circulatorias son de las más graves que con mayor probabilidad pueden afectar a las personas fumadoras.
  • Otro de los motivos es económico. Con el aumento de los impuestos sobre el tabaco, éste cada vez va incrementando más su precio. Si echamos cuentas de lo gastado en tabaco al mes nos daremos cuenta que es una cantidad nada despreciable, y a pesar de que no lo parezca, cada vez son más las personas que inician el proceso de dejar de fumar por motivos económicos entre otros.
  • Mejorar nuestro aspecto físico y estético. Es conocido cómo el tabaco afecta al aspecto de nuestra piel, produce mal aliento, y el olor puede impregnar también la ropa.
  • Otro motivo es el de recuperar placeres como el gusto y el olfato.
  • Por último es importante saber que muchos hábitos se inician por imitación, controlar nuestros hábitos puede prevenir que otras personas de nuestro alrededor se incien en ellos.

¿Cuáles son tus motivos para dejar de fumar?

Puede que no tengas muchos motivos, pero con uno es suficiente. O puede que no los tengas muy claros pero estés decidido a hacerlo de una vez. O que no estés del todo convencido tampoco… en ese caso intenta realizar el siguiente ejercicio.
Párate a pensar en cuáles son las ventajas y las desventajas de seguir fumando y dales un valor numérico a cada una, ahora puedes sumar el valor  total de las ventajas y el valor total de las desventajas ¿Pesan más las ventajas o las desventajas de fumar?
Por otro lado piensa también en las ventajas y las desventajas de no fumar. Dales un valor a cada una y súmalo.¿Pesan más las ventajas o las desventajas de no fumar?

Ahora puedes tener una visión global de lo que ganas y lo que pierdes si mantienes el hábito o si lo dejas.

Si has tomado una decisión, ¡pasa a la acción!




viernes, 13 de febrero de 2015

El amor y sus ingredientes









Los ingredientes del amor y el deseo

El amor ha sido y sigue siendo una de las principales metas del ser humano para alcanzar la felicidad. El amor es un sentimiento tan complejo que resulta difícil hasta encontrar palabras para describirlo, y aunque filósofos y poetas le han puesto adjetivos, en realidad sus ingredientes están todavía siendo tema de discusión. La teoría moderna del amor de pareja que mayor aceptación tiene todavía hoy la propuso Sternberg en 1988. Este investigador determinó que el amor de pareja consta de tres componentes necesarios para que la relación sea plena y satisfactoria:

  1. La intimidad. Se refiere con ello a sentirse comprendido, apoyado, sentir un vínculo y una conexión, tener confianza y conocimiento mutuo. Deseamos el bienestar del otro, sentimos felicidad junto a esa persona, deseamos compartir tiempo, actividades, amistades, aficiones,…
  2. El deseo. Entendido como pasión, anhelo, apego, atracción e interés, sentimiento de pertenencia, búsqueda de placer y deseo sexual. Hace que deseemos el contacto físico con esa persona, abrazos, caricias, besos… Este deseo no implica posesión ni dependencia, sino un apego saludable que da vivacidad a la relación.
  3. El compromiso. Este ingrediente se refiere a la intención de continuar con la relación, a que ésta sea duradera, y hacer lo posible para que así sea. Aporta seguridad, estabilidad y lealtad a la relación. De no existir este compromiso estamos ante una relación inestable con incertidumbre y malestar. Es el deseo de compartir un proyecto de vida en común y que éste tenga perdurabilidad.
Si faltara alguno de los tres elementos la relación no podría definirse como plena.

¿El deseo muere con el tiempo?

El deseo es uno de los tres componentes esenciales del amor de pareja y ha sido también motivo de preocupación y análisis por la percepción de que pueda verse alterado por el paso del tiempo. Por ello, desde la Psicología se han venido realizando muchos estudios estadísticos longitudinales (entrevistando a las mismas personas/parejas a lo largo del tiempo para conocer su evolución) y transculturales. 
La conclusión de estos estudios es cuanto menos sorprendente: El deseo no muere con el tiempo. Puede morir, pero por otras causas.
Si bien es verdad que lo más habitual en las parejas que llevan largo recorrido es que el deseo no sea tan intenso ni sintamos ese torbellino de emociones como al inicio de la relación, lo cierto es que ese deseo no tiene porqué haber desaparecido.
La explicación es desde el punto de vista biológico totalmente comprensible. Al inicio de cualquier relación amorosa pasamos por una etapa de mucho estrés, estamos continuamente alerta para gustar al otro, para ser deseable, para satisfacerle, escucharle, conocerle… solemos confundir esa activación debida al estrés con el deseo, pensando que el deseo siempre tiene que estar asociado a activación, nerviosismo, cosquillas en el estómago, sudores, enrojecimiento, etc. Con el tiempo este estrés va desapareciendo y el deseo adquiere un carácter más sosegado, pero igual de intenso y satisfactorio.
El deseo puede permanecer aletargado por la habituación, las rutinas del día a día, las preocupaciones, pero puede volver a avivarse.
El deseo no muere con el paso del tiempo.

Cuando falta algún ingrediente...

La pareja inestable, es aquella en la que hay intimidad y deseo, pero falta el compromiso, tiene problemas para establecer proyectos comunes. Aunque puede que disfrute del día a día, no son capaces de programar un futuro en común.

La pareja superficial es aquella en la que existe el deseo y el compromiso, pero no la intimidad. No comparte la confianza, el apoyo emocional y las confidencias, sino que cada uno lo busca en un amigo íntimo. Puede ser una pareja con proyectos de futuro, pero carente de profundidad y de confianza plena.

La pareja compañera se caracteriza por la estabilidad y la intimidad, pero carece del deseo, porque se ha adormecido o porque nunca lo hubo. Falta la sensación de apego y vivacidad, de búsqueda de placer con el otro. Algunas frases típicas: “Es muy buen hombre”, “Es la madre de mis hijos”, “ Siempre me apoya”… En este tipo de relación es habitual que haya relaciones extramaritales esporádicas.

La pareja completa es aquella que tiene de los tres componentes, en mayor o menor medida, creando un lazo emocional de estabilidad y bienestar, con sus momentos mejores y peores, pero con la intención de trabajar conjuntamente para superarlo todo.





lunes, 9 de febrero de 2015

Coaching personal. Si algo no te gusta, cámbialo.

"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo" Arquímedes (s. II a.C.)

Con la herramienta adecuada podemos lograr cualquier objetivo.


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El coaching permite definir claramente aquello que deseamos cambiar, conocer
tus potencialidades y aspectos a mejorar, planear los pasos para conseguirlo y motivarte para llevarlo a cabo.
Durante el proceso de coaching pasamos de la situación actual a la situación deseada, siendo un proceso de transformación y de crecimiento.

Podemos diferenciar cuatro etapas en este proceso:
1. Reflexión. Conocer nuestra realidad actual, puesto que es nuestro punto de partida.
2. Descubrimiento. Conocer nuestros puntos fuertes y las oportunidades de mejora para aprovecharlas al máximo.
3. Acción. Marcar los objetivos y un plan de acción para lograrlos.
4. Hábito. Mantener los cambios a lo largo del tiempo.

El papel del coach (el profesional) es el de acompañar durante el proceso, el cual se basa en una relación de confianza plena. El coach está sujeto a secreto profesional, el coach no juzga, el coach no emite juicios, el coach no toma decisiones por nadie. El coach acompaña, orienta y ayuda a descubrir las potencialidades de cada uno, descubrir las debilidades y transformarlas, enseña técnicas de reflexión, toma de decisiones, acción, cambio y mantenimiento de hábitos.

Si algo no te gusta, cámbialo. Toma conciencia, asume la responsabilidad del cambio, oriéntate a soluciones, no tengas miedo, piensa en positivo, planifica y pasa a la acción.

El video "¿Te atreves a soñar?" de Inknowation,  muestra en 7 minutos cuál es la filosofía del coaching.
¿Te atreves a soñar?