viernes, 20 de febrero de 2015

Dejar de fumar es posible



A lo mejor te has planteado dejar de fumar, ahora o en el pasado, quizá también has dado el paso y lo has intentado en una o varias ocasiones, pero después de días, semanas o meses, no lo lograste. Eso no significa que no puedas volver a intentarlo, no significa que no estuvieras suficientemente motivado o que no tuvieras fuerza de voluntad. Hay muchos aspectos que influyen en este hábito, algunos son más conscientes y otros no tanto, y por ello nos puede ser complicado controlarlos por nosotros mismos. Con ayuda  profesional puedes adquirir los conocimientos y las técnicas para que dejar de fumar sea una meta alcanzable, de forma progresiva y sin sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia a la nicotina (irritabilidad, ansiedad, ira, apetito…).


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Dejar de fumar es posible.

Es habitual que las personas fumadoras en algún momento, o varios, intenten dejar de hacerlo. Algunas lo consiguen por si mismas, a otras les resulta más complicado, y tras varios días o semanas intentándolo, vuelvan a caer. Pensamos en que quizá no tienen fuerza de voluntad o la motivación suficiente, pero no tiene porqué ser así. Dejar un hábito es mucho más que la motivación, aunque ésta juegue un papel realmente importante, otros factores pueden echar por tierra nuestros avances. Cambiar una conducta que ya nos es tan rutinaria no tiene porque ser complicado si lo hacemos con la estrategia apropiada y controlando todos los factores que pueden influirnos negativamente.

Desde la perspectiva cognitivo contuctual de la psicología se desarrolló un programa para dejar de fumar en 5 semanas, a partir de una sesión semanal de una hora. Durante las sesiones se prepara un plan personalizado y se adquieren estrategias para la deshabituación progresiva. De esta forma se va reduciendo el consumo progresivamente de tal forma que a la quinta semana ya sea nulo. Es también aconsejable  la realización de dos sesiones más para afianzar los progresos y evitar posibles recaídas.

Con este programa se adquiere el control sobre la conducta de fumar a la vez que va se aprenden normas y estrategias para el día a día, que harán más llevadero el proceso. Sea cual sea el nivel de consumo y los años que se lleve fumando, este programa ha tenido altas tasas de éxito.

Al realizar el abandono progresivo de la nicotina, no se sufre del síndrome de abstinencia a la nicotina. Cuando una persona fumadora abandona el tabaco repentinamente puede sufrir de algunos de los siguientes síntomas (síndrome de abstinencia a la nicotina): irritabilidad, frustración, ira, ansiedad, dificultad para concentrarse, intranquilidad, incremento del apetito y aumento de peso. Es por ello que frecuentemente se vuelve a recaer, para mitigar esos síntomas se vuelve a fumar. Evitando su aparición estamos controlando los efectos físicos que nos llevan a caer de nuevo.



Algunas razones para dejar de fumar:

Afortunadamente la sociedad va siendo más consciente de los perjuicios del tabaco y cada vez son menos las personas que se inician en este hábito, y más las que consiguen abandonarlo.
Entre los motivos más frecuentes que aluden las personas que desean abandonar el hábito están:
  • Mejorar la salud y prevenir enfermedades. Actualmente es ya bien conocido que el tabaco influye negativamente en nuestra salud. La eliminación o reducción de su consumo muestra datos positivos para aquellas personas con cáncer o riesgo cardiovascular. Entre los problemas leves de salud, los catarros, carrasperas y molestias de garganta son más frecuentes en las personas fumadoras. El cáncer de pulmón, la bronquitis crónica, y las enfermedades circulatorias son de las más graves que con mayor probabilidad pueden afectar a las personas fumadoras.
  • Otro de los motivos es económico. Con el aumento de los impuestos sobre el tabaco, éste cada vez va incrementando más su precio. Si echamos cuentas de lo gastado en tabaco al mes nos daremos cuenta que es una cantidad nada despreciable, y a pesar de que no lo parezca, cada vez son más las personas que inician el proceso de dejar de fumar por motivos económicos entre otros.
  • Mejorar nuestro aspecto físico y estético. Es conocido cómo el tabaco afecta al aspecto de nuestra piel, produce mal aliento, y el olor puede impregnar también la ropa.
  • Otro motivo es el de recuperar placeres como el gusto y el olfato.
  • Por último es importante saber que muchos hábitos se inician por imitación, controlar nuestros hábitos puede prevenir que otras personas de nuestro alrededor se incien en ellos.

¿Cuáles son tus motivos para dejar de fumar?

Puede que no tengas muchos motivos, pero con uno es suficiente. O puede que no los tengas muy claros pero estés decidido a hacerlo de una vez. O que no estés del todo convencido tampoco… en ese caso intenta realizar el siguiente ejercicio.
Párate a pensar en cuáles son las ventajas y las desventajas de seguir fumando y dales un valor numérico a cada una, ahora puedes sumar el valor  total de las ventajas y el valor total de las desventajas ¿Pesan más las ventajas o las desventajas de fumar?
Por otro lado piensa también en las ventajas y las desventajas de no fumar. Dales un valor a cada una y súmalo.¿Pesan más las ventajas o las desventajas de no fumar?

Ahora puedes tener una visión global de lo que ganas y lo que pierdes si mantienes el hábito o si lo dejas.

Si has tomado una decisión, ¡pasa a la acción!




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