jueves, 5 de marzo de 2015

Mantener la mente activa: estimulación cognitiva


La estimulación cognitiva: mantener la memoria, la atención, el lenguaje…


A finales del s.XX nuestra sociedad ve cómo se incrementa de forma exponencial el número de personas mayores debido al aumento de la esperanza de vida, a la mejora de las condiciones de salud, a los avances en medicina, etc. Hemos visto también cómo la aparición de nuevas enfermedades vinculadas a la edad como las demencias o las alteraciones cognitivas han ido incrementándose a la par que vivimos más años. No sólo es importante vivir más tiempo, sino hacerlo con la mayor autonomía posible, y disfrutar de una buena calidad de vida.


La estimulación cognitiva es un entrenamiento con finalidad preventiva y rehabilitadora de las capacidades mentales que pueden verse alteradas debido al envejecimiento normal o a alguna enfermedad, accidente o demencia.





La estimulación cognitiva está especialmente indicada para personas que puedan sufrir algún deterioro de las funciones mentales (atención, concentración, memoria, lenguaje), está dirigida a la prevención de la pérdida de estas funciones y a conseguir su mantenimiento durante el mayor tiempo posible. 
Aunque pueden darse casos de personas más jóvenes, lo más habitual es que estos problemas afecten a las personas mayores de 60 años, bien por el proceso normal de envejecimiento, bien por la afectación de alguna demencia o Alzheimer.

La estimulación cognitiva se realiza a través de una serie de ejercicios que potencian el uso de la memoria, el lenguaje y la atención de la persona, elementos básicos para que  permanezca orientada en el espacio/tiempo, no pierda vocabulario, y sea capaz de recordar desde lo más pasado a lo más reciente.

Lo ideal es que puedan realizarse ejercicios durante al menos media hora al día, intentando no sobrecargar o saturar. Además, deben ser variados para evitar el agotamiento y para trabajar todas las áreas. Adaptarlos a las características y a los gustos del paciente es también importante, para que sean motivantes, y no una carga.

En los casos de demencia o de Alzheimer suele ser recomendable que el paciente trabaje desde su entorno habitual para evitar la desorientación que les provoca estar en espacios nuevos.

Para llevar a cabo la estimulación cognitiva el profesional puede realizar él mismo las sesiones con el paciente; o bien puede enseñar y dar apoyo a una persona/familiar para que sean ellos los que hagan los ejercicios con el paciente, convirtiendo a esa persona en co-terapeuta, el profesional realiza una labor de apoyo y supervisión.
Es posible además, hacer partícipes en algunos ejercicios a los niños de la casa, creando un espacio de juego y relación entre generaciones.

Los objetivos de la estimulación cognitiva:


  • Mejorar la calidad de vida.
  • Potenciar la autonomía, y con ello, la autoestima.
  • Mantener las capacidades mentales y el estilo de vida el máximo tiempo posible.
  • Reforzar las habilidades y capacidades actuales.
  • Facilitar la interacción con el entorno físico.
  • Facilitar las relaciones con las demás personas/familiares/cuidadores.
  • Disminuir la ansiedad y la confusión.
  • Evitar la desconexión con su entorno.
  • Evitar reacciones psicológicas anómalas (agresividad, deambulación, insomnio…)

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